Las CUB se caracterizan por poseer una de las más bajas cilindradas del mercado. En el caso de la Split, hablamos de un motor de 110 centímetros cúbicos que genera más de seis caballos de potencia: una medida justa y conveniente para los tramos reducidos que uno suele tomar en la urbe.
En la llanta delantera encontramos un disco ventilado y lobulado. Este tipo de disco, al contar con orificios en su superficie y una forma irregular, se refrigeran de manera más rápida, evitando que las pastillas del cáliper se recalienten y pierdan adherencia. En la llanta posterior, el tambor mecánico ofrece mayor fuerza de frenado, dándole a la Split RR la precisión para detenerse en el momento justo.
Una de las cosas que más resalta en el perfil o la silueta de la Split son sus ruedas. Hablamos de llantas de 17 pulgadas de aleación que, además, incrementan la altura al suelo de este modelo para evitar que la zonas bajas del chasis y del carenado golpeen con la superficie u objetos en la vía.
La Split busca el confort de marcha a través de unas horquillas telescópicas alojadas en la rueda delantera. Este sistema es ya muy conocido en el mercado por su buen trabajo al asimilar muy bien los rebotes de los baches, los huecos y los rompemuelles que uno encuentre en la vía. En la rueda trasera, la estabilidad la brindan amortiguadores laterales.
Podría ser uno de los puntos débiles de este modelo el hecho de instalar un tanque de combustible de menos de un galón: tres litros, para ser exactos. Sin embargo, si tenemos en cuenta que los tránsitos en la ciudad suelen ser cortos, podríamos pensar que no es un gran problema como parece.
Nos referimos a una moto realmente compacta y citadina. No hay que hacer mucho esfuerzo para controlarla o manejarla ya que sus dimensiones no son muy grandes. Esto le transmite confianza al piloto de tener siempre el dominio de la misma. Por otro lado, su peso la hace ligera e incrementa su versatilidad.